«Euforia efímera en Apartamento Estudio»
Apartamento Estudio no revoluciona, ni tampoco se toma el trabajo de crear algo revolucionario. La serie es una cómoda amalgama de elementos comunes en comedias románticas y harens, que intentan transmitir una sensación de tranquilidad y tranquilidad, pero sin mayor ambición.
A menudo, los personajes son presentados de forma abrupta y sin gran desarrollo, excepto la excéntrica vampira Sayuri, cuyo comportamiento es absurdo y encantador. El humor funcional en la serie está a punto de hacer una salida brillante con los errores y caprichos de Towa al atender al público en el restaurante de Shintarou.
A pesar de carecer de grandeza o trascendencia, el diseño visual del apartado animé logra transmitir una energía vívida en ciertas secuencias, como cuando Towa baila al aire libre bajo el sol de los árboles. Sin embargo, también hay momentos en los que el arte y la animación son predecibles y confusos.
En resumen, Apartamento Estudio no es especialmente notable ni ofensivo. Es simplemente un paquete bien digerible de cómico, con suficiente diversión para apreciar como un ligeramente aburrido, sin nada que los fans puedan destacar como logro o memorable. Algo que solo te dejas llevar con el flujo y lo disfrutas como un mordisqueo inofensivo.
Tal vez sea por eso que podemos encontrarnos un poco agradecidos por lo que esta serie ofrece, ya que a menudo es eso mismo que precisamos de vez en cuando: un placer inocuo y ligeramente efímero. Y eso, después de todo, no está mal.
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